En las próximas décadas, la sociedad experimentará un desarrollo caro hacía la clase media, que va a mejorar la prosperidad individual al unísono que va a aumentar la demanda de recursos naturales (ya limitados). Así, si la población mundial alcanza los nueve mil seiscientos millones de personas en dos mil cincuenta, va a ser preciso el equivalente a prácticamente 3 planetas para sostener el presente modo de vida.
Estos datos prueban la necesidad de mudar nuestras modalidades de consumo y producción, con tal de eludir daños irreversibles al medioambiente. Para conseguirlo, las Naciones Unidas han dedicado un espacio propio a la producción y el consumo responsable en sus Objetivos del Desarrollo Sustentable (ODS) de la Agenda dos mil treinta.
Con esto, la Organización de la Naciones Unidas pretende asegurar modalidades de consumo y producción sustentable, consistentes en promover el empleo eficaz de los recursos y la energía, la construcción de infraestructuras que no dañen el medioambiente, la mejora del acceso a los servicios básicos y la creación de trabajos ecológicos.