El SIDA destroza gradualmente el sistema inmunitario al agredir y destruir los linfocitos CD4, un género de glóbulos blancos que desempeñan una función esencial en la protección del cuerpo contra las infecciones.
Pese a ser una enfermedad que ha estado en la agenda de salud en los últimos tiempos, frecuentemente el SIDA no se advierte, sobre todo en los jóvenes; no por carencia de exámenes, sino más bien seguramente por la falsa percepción de bajo peligro de adquirir la infección, confianza en la pareja, existencia de tratamientos poco a poco más eficientes y las ventanas de ocasión perdidas (ofrecimiento del test de forma proactiva).
Los anticonceptivos resguardan de un embarazo no deseado, mas no resguardan de contraer enfermedades sexuales. El único procedimiento anticonceptivo que previene el embarazo y reduce significativamente el peligro de contraer SIDA es el condón.